Autocuidado es fundamental cuando se trabaja desde la casa
Por: Nidia Burgos Quirós / 0 comentarios / 28 octubre 2020
Procurar un balance de vida laboral y la familia es una de las principales recomendaciones que se desprendieron de un ciclo de conferencias que promovió la Oficina de Recursos Humanos (ORH), de la Universidad de Costa Rica (UCR), con motivo del Día Internacional del Teletrabajo,que se celebró el 16 de setiembre pasado.
Este equilibrio es especialmente importante en estos tiempos de pandemia por la Covid-19, pues miles de personas debieron asumir el trabajo desde el hogar, en muchos casos sin estar preparados o sin contar con los recursos necesarios para lograrlo.
Sin embargo, se refleja que tanto en la UCR como en otros países muchas personas ya han logrado establecer ese balance entre las tareas del hogar, la familia y el trabajo en casa, por lo que más bien han expresado su interés de continuar en esta modalidad laboral.
“La idea es que podamos fluir y podamos adaptarnos y eso va a beneficiar grandemente, porque nos va a hacer sentir empoderados, nos va a hacer sentir capaces de poder enfrentar retos en este proceso de cambio”, expresó Areliz Quiñones Pérez, consejera profesional del bienestar piscológico y apoyo social, de la Universidad de Puerto Rico, en referencia a los cambios que generó la llegada de la Covid-19.
Al respecto, dijo que las personas tienen la capacidad para adaptarse a los cambios y que hay que saber que si bien todos están en la misma tormenta no todos están en el mismo barco, por lo que hay que ser compasivos y empáticos en estos momentos.
Retos y oportunidades
Uno de las cosas que se han aprendido con la pandemia, además de cómo gestionar el cambio es que las personas trabajadoras necesitan estar bien y saludables para poder rendir un trabajo de calidad.
Hay que reconocer que trabajar desde la casa facilita la conciliación de la vida personal con la profesional y favorece la flexibilidad en el trabajo, que a la vez genera un ahorro de tiempo, al evitar los desplazamientos. “El planeta necesitaba este espacio para sanar!, expresa Quiñones.
Pero también puede haber aspectos en detrimento de la persona trabajadora como que a veces se trabajan más horas, por lo cual recomienda que se deben establecer límites.
Autocuidado
Para superar la situación actual que puede generar un estrés adicional al del trabajo Quiñones considera que el autocuidado es fundamental para poder sentirse bien y este incluye tanto la parte biológica, como la psicológica, la cognitiva y la social.
Hay que pensar “qué estoy aprendiendo de esto, qué me está enseñando esta experiencia, cómo puedo salir distinta o distinto de esta experiencia”, dice Quiñones en referencia a cómo valoramos la situación que se está enfrentando con la pandemia.
Por ello, es importante atender las necesidades físicas, emocionales y espirituales para poder estar bien y compartir lo que se tiene con otros. Esto se logra haciendo ejercicio, alimentándose bien, identificando las emociones que le pudieran estar afectando o limitando, y participar en actividades de crecimiento.
Es necesario establecer una vida balanceada en el área profesional y familiar, social y personal, así como ser flexibles consigo mismo, reconociendo los cambios y fluctuaciones y, de ser necesario, buscar ayuda profesional.
En ese sentido, Quiñones considera que si bien el trabajo es importante para lograr tener bienes y servicios y tener una calidad de vida lo mejor posible, los trabajos cambian, pero la familia es lo más importante pues “la familia va a estar aun con el trabajo o sin el trabajo, aun con el dinero o sin el dinero, aun con la salud o sin la salud, es nuestra misión de vida y esa familia no se puede cambiar, es nuestra familia”, manifiesta.
En referencia al trabajo considera que se debe planificar cada semana, no trabajar fuera de horario laboral, ni tampoco fines de semana y que se debe maximizar el tiempo para también buscar espacios de descanso.
“Mantenga sus horarios de manera razonable: entre y salga, no piense que porque está en la casa va a trabajar 24/7”, destaca Quiñones en el sentido de que la persona debe establecer límites, horarios y rutinas, entre la vida laboral y personal.
Para complementar el trabajo y la familia, Quiñones sugiere una serie de ideas creativas a las que las personas se pueden dedicar como actividades de arte y musicales, contemplar la naturaleza, jugar con una mascota, hacer un ‘collage’ con imágenes, frases y fotos y tomar fotografías, para concentrarse en el momento presente.
Además, recomienda hacer un diario para documentar escritos, poemas, canciones, cuentos o prosa libre, o bailar, sembrar, cocinar, hacer manualidades, pintar, hacer ejercicios, limpiar espacios, escuchar o crear música, aprender un idioma, aprender algo nuevo, conectarse con otros a la distancia, pintar piedras, y usar aplicaciones móviles para relajarse o meditar.
Considera muy importante practicar lo que llama las ‘4 Rs’: reír, relacionarse con los demás, mantener una rutina diaria como si fuera a trabajar y establecer reglas y limites en tiempos y espacios laborales y familiares.
“El equilibrio es dinámico, el trabajo y la familia son parte importante de nuestra vida por lo que tenemos que darles nuestro tiempo, atención, cuidado y amor”, destaca Quiñones.
Requerimientos
Xiomar Delgado Rojas, especialista en teletrabajo considera que en las universidades la virtualización educativa implica actualizar sus métodos educativos y adaptarse o desaparecer.
En la docencia requiere de nuevas tareas para el estudiante, pero también para el docente, y de la misma manera esto le trae nuevos retos a la administración, tanto a las jefaturas como para las personas funcionarias quienes tienen que entender la nueva realidad virtual y adaptarse.
Las jefaturas deben diseñar métodos creativos de control, según la tarea que realiza el personal a su cargo y evaluar y evaluarlo respecto al ambiente virtual, mientras que las personas funcionarias deben desarrollar autocontrol, participar en las actividades de su trabajo y estar atentos a los requerimientos de sus jefaturas. Como complemento de esto considera que debe haber tolerancia y tener como práctica el hacer pausas activas.
Por otra parte, la crisis sanitaria por la pandemia de la Covid-19 agilizó una serie de procesos en los que se encontraban algunas empresas e instituciones para instaurar el teletrabajo como una modalidad laboral, sin embargo, para Víctor Manuel Garro, de la Comisión de teletrabajo del Instituto Tecnológico de Costa Rica, este debe ser planificado, merecido y controlado.
Precisamente establece como propiciadores del trabajo remoto los desastres y emergencias sanitarias, los estilos de oficinas y aspectos tecnológicos.
Según comentó Garro, de acuerdo con un estudio realizado por la organización internacional Culture Wizard antes de la pandemia un 59% querían estar en teletrabajo, mientras que actualmente un 94% de personas están interesadas en trabajar desde la casa, al menos una parte de su jornada.
Enrique Rus, de la Universidad de Extremadura, en España, dice que para teletrabajar y ser productivos hay que buscar también calidad de vida, con descansos dentro del trabajo, por ejemplo con el método Pomodoro, que propone 25 minutos de trabajo continuo y pausas de 5 minutos y además buscar actividades que produzcan relajación como oír el agua y ver árboles. “La felicidad no es ganar más, quizá sea querer menos”, expresa.
Transición
Hacia el futuro muchas personas han expresado su interés de continuar en teletrabajo, incluso según una encuesta que realizó el Área de Desarrollo Humano, de la ORH, alrededor del 65% de quienes respondieron expresaron su interés de continuar en esta modalidad laboral y solo un 14% no, mientras que un 21% dijo que no lo ha pensado.
En ese sentido, ya el Programa de teletrabajo se encuentra diseñando en una propuesta de transición, que permita que una mayor cantidad de personas se acoja al trabajo desde la casa, si así lo acuerdan con sus jefaturas, según comentó Katalina Alfaro Miranda, coordinadora del proyecto.
En la UCR específicamente se creó el Programa de teletrabajo en el 2017 y ya al 2019 habían personas de 13 unidades laborando de forma remota, mientras que en enero del presente año se inició con un plan piloto con el sector docente. Sin embargo, a partir del 9 de marzo todo el personal docente y administrativo debió asumir el trabajo desde su domicilio por motivos de la pandemia, ya que en las instalaciones universitarias solo se permite el 15% del aforo en cada unidad académica.
De acuerdo con Alfaro, existen diferencias entre el trabajo remoto que se raliza actualmente y el teletrabajo como modalidad formal de trabajo. Una de ellas es que antes de la pandemia habían 105 personas teletrabajando, mientras que en estos momentos hay alrededor de 6.500 personas.
Antes el teletrabajo, salvo por el plan piloto, estaba dirigido especialmente al sector administrativo, mientras que en este momento lo realizan también las personas docentes de la Institución, en todo el país. Otra característica que varió temporalmente con la pandemia es que el teletrabajo era voluntario y reversible, mientras que en estos momentos es prácticamente obligatorio como medida sanitaria, y se daba una capacitación para el ingreso y ahora no se pudo hacer porque fue una disposición de acatamiento inmediato.
En cuanto a evaluación anteriormente se hacía una evaluación formal del desempeño y en estos momentos esa actividad se realiza mediante la presentación de bitácoras a las jefaturas. En el programa formal solo se permitían como máximo tres días de teletrabajo y ahora es la totalidad de la jornada, para la mayoría de las personas que están en sus casas. Otro aspecto relevante es que en tiempos normales se hace una revisión previa de las condiciones de teletrabajo, que incluye aspectos de ergonomía, espacio de trabajo, equipos, calidad del Internet, entre otros y en estos momentos no se pudo hacer esa valoración preliminar.
No obstante, el trabajar desde la casa resultó en un ejercicio de prueba tanto para el personal docente y administrativo como para las jefaturas, de modo que se pudieron derribar muchos mitos, en el sentido de que no se podían realizar ciertas funciones desde la casa.
Con la propuesta de transición del trabajo remoto a teletrabajo se retomarían una serie de esas medidas con el fin de brindar una inducción a las personas que se incluyan dentro de esta modalidad, sobre las características y requerimientos que se tendrán para laborar desde la casa, manifestó Alfaro.
Mientras tanto, el caso de Colombia es especial en el tema del teletrabajo, pues empezaron en esta actividad desde el 2008 y el gobierno promueve fuertemente que las personas trabajen desde la casa, destacando aspectos positivos como la contribución a la transformación digital, el incremento de los niveles de productividad, el equilibrio entre la vida laboral y personal, el generar ciudades sostenibles y promover la inclusión social, entre otros beneficios.
Así lo destacó Camila Rojas Ruiz, asesora regional de la Iniciativa de Teletrabajo de la Dirección de Apropiación del Ministerio de Tecnologías y de la información y las Comunicaciones (MINTIC), de ese país, quien expresó, que antes de la pandemia, el gobierno colombiano lo promovía de distintas maneras mediante conferencias abiertas, talleres, convenios, ferias y eventos masivos, redes sociales y brindaban un curso virtual gratuito sobre el teletrabajo y el cambio cultural y la transformación digital.
La idea, al igual que en la Universidad de Costa Rica y en otras organizaciones del país y del mundo es después de la pandemia migrar, a muchas personas que tuvieron que hacer su trabajo desde la casa como medida sanitaria, al teletrabajo y al respecto Rojas expresó que ya experimentan un aumento de solicitudes.
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