El principal reto para la sostenibilidad ambiental en la UCR es la educación a la comunidad universitaria
Por: Nidia Burgos Quirós / 0 comentarios / 28 junio 2023
La gestión ambiental se refiere a todo el entorno del ser humano.
Si bien se ha logrado dar pasos importantes en el logro de la sostenibilidad ambiental en la Universidad de Costa Rica (UCR), todavía quedan desafíos importantes, como el trabajo con la comunidad universitaria, especialmente con el sector estudiantil, en la educación sobre este tema.
En el ámbito administrativo, y parte del docente, se ha logrado avanzar con la implementación del Galardón ambiental, que es una iniciativa de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA), de la Vicerrectoría de Administración (VRA), la cual se encuentra precisamente en un proceso de replanteamiento para reconocer prácticas que vayan más allá de aspectos básicos como el reciclado y el cuido de los recursos como el agua o la energía eléctrica.
Dichas conclusiones fueron expresadas durante la realización del Foro-Conversatorio ‘Desafíos para la sostenibilidad ambiental en la UCR’, organizado por la VRA y efectuado el día 7 de junio pasado, en el Aula Magna, de esta Institución.
En referencia al principal reto que enfrenta la UGA con respecto a la sostenibilidad, Kathia Elizondo Orozco, coordinadora de dicha Unidad, expresó que “quizá hacer hincapié específicamente en el trabajo con las personas de la comunidad universitaria; creo que a nivel de las oficinas administrativas puede haber un poco más de control, como entidad, como instancia, no obstante, cada persona necesita y debe comprometerse con estos temas, si tenemos diversas poblaciones”.
Al respecto, manifestó que en la Universidad están las personas administrativas, el personal académico, visitantes y una masa significativa de estudiantes y al ser la Universidad más grande del país el trabajar con las personas es el mayor reto.
El sector de estudiantes se constituye en el mayor desafío: “es la población que más se moviliza, es la población que cada cinco años, más o menos, algunos duran menos, otros más, pero cada cinco años está cambiando; todos los años tenemos gente nueva que entra y no son menos de 10.000 lo que nos está llegando, entonces yo creo que ese es el mayor reto”, destacó Elizondo.
Por ello, consideró que sería conveniente incluir el tema ambiental desde el ingreso mismo a la UCR, por ejemplo, que sea parte de la carta al estudiante, donde se incluyan, al menos seis lineamientos ambientales para que estas personas de nuevo ingreso las conozcan.
Otra forma de brindar el mensaje a las personas estudiantes sería al transversalizar el tema ambiental en la malla curricular de todas las carreras universitarias, pero de manera que no sea únicamente un tema sobre cómo comportarse y las buenas prácticas a nivel institucional “sino generar profesionales que van a salir a enfrentarse al mundo y van a ser esas personas que se tienen que enfrentar a los retos país en temas de sostenibilidad”, dijo Elizondo.
Tema fundamental
“Nosotros, como funcionarios y funcionarias, como responsables de la gestión administrativa y académica de la Universidad, tenemos que tener claro que este tema (la sostenibilidad ambiental) es parte de nuestra responsabilidad. El tema del ambiente no es un tema subsidiario, no es un tema colateral, no es un tema que si tenemos tiempo pues hacemos algunas actividades y cosas bonitas para recordarlo, sino que tiene que estar presente en cada acción que nosotros tengamos que tomar, en cada decisión”, expresó Roberto Guillén Pacheco, vicerrector de Administración, durante el Foro.
Agregó que, por ejemplo, esto se puede lograr desde las compras sustentables y la construcción de edificaciones y que por ello hace un llamado a reflexionar, no solo en términos generales, de forma idealista, sino desde lo cotidiano y lo inmediato, en lo que se hace, en las responsabilidades, en la toma de decisiones.
“Para que realmente podamos hacer el aporte que cada uno de nosotros hagamos, realmente es una contribución significativa para mejorar la calidad del ambiente y la calidad de nuestra vida y de las futuras generaciones”, manifestó Guillén.
En cuanto a los retos que enfrenta aún la UCR en el tema ambiental, dijo que hay que felicitar a la Institución por lo que se ha logrado en este aspecto, pero que se es consciente de que todavía falta mucho y que la Universidad tiene la doble responsabilidad de hacer actos propios en el cuido, la mejora, la protección y el desarrollo del ambiente.
“Pero también tiene la doble misión de educar al país, educar a sus estudiantes y de realizar acciones que nos permitan encauzar a la sociedad para lograr este hermoso y necesario fin”, destacó el vicerrector de Administración.
Retos y logros
La Universidad de Costa Rica se ha comprometido con el ambiente desde sus Políticas institucionales y mediante otras iniciativas.
Uno de los aspectos en que la UCR ha avanzado en su compromiso con el ambiente es en la inclusión del tema en uno de sus ejes de las Políticas institucionales para el quinquenio 2021-2025, el cual a su vez desarrolla cuatro políticas y sus objetivos, entre los cuales Elizondo destaca el reto de cultura ambiental, que se genera a través de la educación y la sensibilización.
También se refirió a otros retos como posicionar a la Institución como un referente en el tema ambiental y lograr que estos temas no se vean como accesorios y que se interiorice que inclusive las personas son parte del ambiente. Así como lograr sistemas de gestión con estándares de alta eficiencia para articular a muchos de los actores de la gestión administrativa.
La prevención es uno de los aspectos que Elizondo considera fundamental en la protección del medio ambiente, por ejemplo, en cuanto a residuos expresa que se debe utilizar el lema ‘el mejor residuo es el que no se genera’. “Bueno, no es resolver la gestión de residuos como tal, no, lo que queremos es prevenir que no generemos esos residuos y si los generamos que sea el menor impacto posible”, expresó.
En cuanto a procesos estratégicos, el Programa de Gestión Ambiental Institucional (PGAI) es de cumplimiento obligatorio, lo cual ya se logró en la sede Rodrigo Facio, donde se obtuvo una puntuación excelente, ahora el reto es implementarlo en las sedes, recintos y fincas, ubicadas en el resto del país.
Dicho reconocimiento se logró, en gran parte, por el programa de Galardón ambiental, en el cual participaba un importante grupo de unidades de la Institución, las cuales se comprometían a realizar prácticas sostenibles con el ambiente durante el año y luego obtenían una certificación y reconocimiento por sus acciones.
De acuerdo con Elizondo, en el Galardón ambiental se valoraban buenas prácticas ambientales como apagar la luz, no gastar agua, reducción del uso de papel y de impresiones, pero considera que se debe entrar a otros temas como la reutilización de insumos, conceptualizado como economía circular.
“Entonces, la Universidad ya tiene que pensar en ‘no compre-use-bote’, sino en ‘compro-uso-le doy una vida más larga al artículo’; entonces, la computadora reparémosla, veamos a ver cómo podemos ampliar esa vida útil de los artículos y ya finalmente si hay que disponerlos, dispongámoslos para cadenas que puedan tener una producción o una vida, como materiales que se extraigan de los diferentes residuos y ampliar esas cadenas y no generar más presión sobre los ecosistemas”, comentó Elizondo.
Entre los temas ambientales que ya se han logrado manejar dentro de la UCR destacó, por ejemplo, las compras de sustancias amigables con el ambiente, lo cual está normado, sin embargo, todavía hay unidades que compran algunos artículos de limpieza no recomendados para la protección ambiental.
También, desde el 2018, existe la prohibición del uso de plástico de un solo uso, pero al igual con el tema de los productos de limpieza, se requiere de un mayor control y fiscalización. “Entonces, tenemos que ver ese reto, cómo bajar esto para que realmente no solo quede en papel, sino que sí lo podamos cumplir”, dijo Elizondo.
En cuanto al manejo de residuos se tiene mayor control, pero todavía se requiere llegar a la comunidad universitaria, y entre ellos, los estudiantes, que es el mayor reto: lograr permear en el estudiantado para que pueda hacer estas separaciones.
Reducir la huella de carbono de la UCR es otro de los retos, a pesar de que con respecto a otras universidades la Institución se encuentra en un buen lugar, pero la idea es lograr descarbonizar las actividades a nivel de transporte, entre otros.
En el tema de residuos, se conoce que en cuanto a la huella de carbono el 50% lo generan, principalmente, las chapias y podas, por lo que se está articulando una compostera institucional, a donde se irán todos los restos de dichos materiales, con lo que se reduciría esa huella de carbono en al menos un 25%.
En tanto, el vivero institucional se ha posicionado muy bien y lo que busca es trabajar con especies nativas y de rescate patrimonial, así como de especies en peligro de extinción. En el 2022 se sembraron 150 árboles en la sede Rodrigo Facio y 95 en sedes y recintos y se donaron a corredores biológicos y a Asadas, 720 árboles para protección de nacientes.
También, se ha avanzado en el plan de ordenamiento territorial en la sede Rodrigo Facio y ya se está empezando en Golfito, pero también se requiere un ordenamiento del territorio en temas ambientales, pues permite ver dónde se van a generar impactos.
En ese sentido, considera que uno de los principales retos que se enfrentan en el tema ambiental es llevar estas y otras iniciativas más a las sedes, recintos y fincas experimentales en todo el país, mediante enlaces ambientales.
Apoyo internacional
La Universidad de Costa Rica también cuenta con proyectos ambientales a nivel internacional, pues participa, entre otros en el Proyecto QualEnv, en conjunto con la Universidad de Gotemburgo y el Instituto Universitario de Lisboa, el Politécnico de Torino, así como universidades de México, Colombia, Perú, Brasil y Costa Rica, el cual es apoyado por Erasmus + del Programa de la Unión Europea.
Dichos centros de educación superior representan más de 40.000 docentes y más de 650.000 estudiantes, así como 30.000 personas del staff.
Esta iniciativa busca que las universidades de diferentes países realicen acciones en favor del ambiente, sobre todo en el ámbito de la educación ambiental.
De acuerdo con un documento reciente de la Unión Europea, mencionado por Catarina Roseta Palma, profesora asociada del ISCTE, Instituto Universitario de Lisboa, y directora del proyecto Cambiar el Clima de Erasmus +, las universidades están en el centro de la creatividad humana y son críticas para la sobrevivencia y la buena vida.
“O sea, las universidades, sin duda, son un componente importante, esencial de un desarrollo sostenible que queremos para el futuro”, manifestó Roseta.
El trabajo que se ha hecho incluye primero un mapeo y diagnóstico de lo que estaba haciendo cada universidad en el tema ambiental y se han calculado la utilización de los recursos de la red, la producción de residuos y su camino correcto para el reciclaje y la huella de carbono de un área de las universidades.
También, se ha hecho un mapeo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para la investigación, la comunicación, el awarness y para la enseñanza y se trabaja con cada socio la gestión ambiental, con un programa de formación sobre el tema y un programa de acción que cada socio ha implementado para aminorar su impacto ambiental.
También cuentan con la colaboración de Sulitest para verificar la sostenibilidad de cada institución y se ha trabajado con cada universidad las estrategias pedagógicas de educación para la sostenibilidad.
Catarina Roseta Palma, del ISCTE de Lisboa, participó desde Portugal en el Foro y se refirió al mapeo que se hizo sobre los ODS, en diferentes universidades, incluida la UCR.
Implementación en la UCR
La Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios, de la UCR, utilizó el caso del proyecto QualEnv, con la colaboración del personal de la UGA, con el fin de aplicarlo en esta unidad académica.
Lo anterior se hizo a través del Centro de Investigación en Economía Agrícola (CIEDA) y se inscribió como un proyecto de investigación, en la Vicerrectoría de Investigación, en la modalidad de vínculo externo.
Para Luis Losilla Solano, director de la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios, la UGA fue un socio clave para el proyecto, desde el punto de vista de la asesoría en la elaboración de las estadísticas y mediciones que se requerían realizar.
También, en la recopilación de información de las acciones ambientales que se realizan en la Institución, información que fue suministrada asimismo por la Unidad de Gestión Ambiental, lo cual a su vez les permitió visualizar los esfuerzos que la Universidad ha venido haciendo sobre el tema.
Otro aspecto que destaca Losilla es que la UGA les brindó información del sistema de gestión ambiental, que incluye rankings donde la UCR está muy bien ubicada, además les brindó un público meta mayor.
Sobre los aprendizajes y estrategias a desarrollar, Losilla considera que hay una necesidad de más proyectos en temas de gestión ambiental en instituciones de educación superior. Considera, asimismo, que, si bien para la UCR no fue un iniciar, sí fue una oportunidad de avanzar en algunos aspectos importantes que hacían falta a nivel institucional.
Losilla resaltó que los esfuerzos aislados que realizan algunas unidades deberían ser escalados a nivel institucional y que a la vez hay desconocimiento de la gestión ambiental incluidas todas las poblaciones, docentes, administrativos y estudiantes.
“La UGA es pequeña, son pocas personas haciendo un trabajo titánico, tenemos que buscar la forma de que esas acciones se puedan desconcentrar en las unidades académicas y que esas responsabilidades recaigan en las unidades académicas, pero también necesitamos cierto acompañamiento y de ahí esta necesidad de capacitación en aspectos, por ejemplo, de gestión ambiental, normativa ambientan, a personas directoras y a cada jefatura administrativa”, consideró Losilla.
Asimismo, recomendó que existan comisiones de gestión ambiental en las unidades académicas, de manera que se desconcentren este tipo de actividades.
Otra recomendación es que se incluya en la malla curricular del estudiantado el tema de educación para la sostenibilidad y también que se incorpore en la plataforma UCR global, para la formación abierta de las personas en el tema.
Losilla rescató la importancia del trabajo trans, multi e interdisciplinario, que es parte del ODS 17, que busca alianzas para logras los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, y destaca que no se requiere de grandes alianzas, sino, por ejemplo, las realizadas entre la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios, el CIEDA y la UGA.
“Entonces, pensar, o simplemente tener claro de que estas alianzas hay que bajarlas a cualquier nivel y no pensar que simplemente son cosas que es responsabilidad de otras instancias, del Gobierno, de otras autoridades, sino que cada uno tiene que poner un granito de arena para poder lograr esa implementación de los ODS, que tanto se está buscando”, concluyó Losilla.
Por su parte, Guillén manifestó que los grandes retos tienen que ver con la manera en cómo se organizan las personas para cumplir con los ODS, porque al final del día se tienen recursos, normativa, especialistas y cosas que se han hecho muy buenas, pero hay que buscar cómo consolidar y fortalecer eso, de manera que quede plasmado en un modelo organizacional universitario, que permita también crecer con respecto a este tema. “Y esto tiene que ser incorporado en la gestión de la administración”, opinó.
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