Jardín José María Orozco abrirá sus puertas a la comunidad con la colaboración de la VRA
Por: Nidia Burgos Quirós / 0 comentarios / 30 marzo 2022
El Jardín Botánico José María Orozco, ubicado a la entrada del campus Rodrigo Facio Brenes, se está preparando para abrir sus puertas, en las próximas semanas, a las personas de la comunidad universitaria, interesadas en conocer sobre la diversidad de cientos de especies que alberga, algunas de la cuales tienen más de 90 años.
Gracias a la colaboración de la Vicerrectoría de Administración (VRA) se ha logrado limpiar dicho espacio de toda la vegetación acumulada durante el tiempo de pandemia y además se prevé colaborar en otros proyectos como reahacer los senderos, hacer un jardín vertical y otras acciones, además de que ya se destacó a dos funcionarios del Área de Paisajismo y zonas verdes, de la Oficina de Servicios Generales (OSG).
Este Jardín, nació en 1932, incluso antes de la creación misma de la Universidad de Costa Rica (UCR), pues fue un espacio que se le brindó al profesor José María Orozco, quien se dedicó a la enseñanza de la botánica y fue el que sembró muchas de las especies que aún conviven en ese espacio de 0.45 hectáreas.
Posteriormente, el Jardín fue asignado a la Institución y empezó a ser administrado por profesores de la Escuela de Biología y desde 1972, está a cargo de esa unidad académica.
De acuerdo con información publicada en el sitio web del Jardín, el objetivo general del Jardín es “mantener un espacio con plantas vivas que puedan servir para la enseñanza de la botánica y el aprecio por estas a través de la educación ambiental y el esparcimiento, para promoción de la conservación de la biodiversidad.
Apertura al público
Para Cindy Fernández García, directora de la Escuela de Biología, ahora la idea es abrir el Jardín al público de la comunidad universitaria, con el fin de que las personas puedan conocer y disfrutar de las especies que ahí se encuentran.
“Y es que es un pulmón de la Universidad”, dice Fernández, quien agrega que al estar ubicado a la entrada de la Institución está como de paso y hace que el ambiente se vea bonito.
Según comentó Fernández, en la presente Administración se ha considerado importante abrirlo al público y que no sea ya solo para usos académicos, sino también recreativo para las personas ya que de hecho siempre genera mucho interés entre las personas, que consultan si pueden entrar a visitarlo.
En ese sentido, explicó que hace tiempo querían abrirlo, pero que durante el tiempo de pandemia, no se le pudo dar el mantenimiento requerido y entonces se generó mucho material vegetal de residuo que no permitía un adecuado acceso al espacio interno.
“Ya ahora la Oficina de Servicios Generales nos ayudó y entonces estamos haciendo un espacio, ya quedó muy bonito, ya de hecho nos dieron personal que esté ahí en el Jardín”.
Al respecto, Pablo Zúñiga Solano, coordinador del Área de Paisajismo y Zonas verdes, de la OSG, comentó que recogieron y dispusieron alrededor de 90 toneladas de residuos orgánicos, lo cual realizaron en 20 días y con la colaboración de personal de esa unidad, de los cuales ya fueron asignados dos de ellos para que le continúen dando mantenimiento al espacio del Jardín.
Uno de los elementos que más han notado las personas que transitan dentro o fuera del campus es la corta de unos bambús que daban hacia la parte de afuera de las instalaciones, lo cual hubo que hacer por dos razones, según comentó Fernández.
Una de ellas es que por la altura que habían alcanzado estas especies estaban generando fricción con los cables eléctricos y ya en dos ocasiones se habían generado conatos de incendio, que ponían en peligro la existencia misma del Jardín y de las instalaciones aledañas.
También, se debió quitar del todo partes de bambús de algunos sectores, con el fin de que la luz natural entrara y se pudieran sembrar algunas plantas y especies, que de otra manera no hubieran podido crecer dentro del espacio del Jardín.
Apoyo VRA
Además de la asignación de personal del Área de Paisajismo y zonas verdes, de la Sección de Mantenimiento de la OSG, la Escuela de Biología requiere recursos para rehacer los senderos dentro del espacio del espacio del Jardín y adecuarlos a la Ley 7600, de manera que puedan circular personas con sillas de ruedas, comentó Fernández.
Otro proyecto que se está analizando es la posiblidad de utilizar una pared de un invernadero interno para hacer un jardín vertical permanente, entre otros proyectos como ferias.
“Que hayan ferias, donde incluso la gente invitara a personas de otros jardines, que vendan sus plantas y que entonces hagamos un poco de concientización y entonces tener un espacio para poder hacer ese tipo de actividades”, expresó Fernández.
La idea es que se mantenga también al personal que le da mantenimiento al espacio, ya que por la misma vegetación existente se generan constantemente residuos, los cuales hay que limpiar para el tránsito de las personas, además de los planes que existen de sembrar más plantas y especies en el futuro.
Especies nonagenarias
De acuerdo con Eduardo Chacón Madrigal, coordinador del Jardín, inicialmente se decía que en ese espacio había alrededor de 500 especies y que actualmente estima pueden haber entre 200 y 300 plantas.
Algunas de las plantas del Jardín son únicas, porque fueron especies introducidas por el mismo José María Orozco y que solo están en este espacio y en ninguna otra parte del país, entre ellas una gimnosperma y algunas especies de bambús y de palmas.
Chacón comentó que se ha ido reforestando algunas partes con árboles que están en peligro de extinción, por lo que debe haber al menos cuatro especies de árboles vedados, uno de ellos es de miroxilon, de bálsamo, el cual produce semillas en el propio Jardín y por ello se están embolsando plántulas, con el fin de reforestar.
Hacia el futuro se prevé ir agregando más elementos nativos, ya que también hay plantas exóticas, que tengan un función ecológica, como que atraigan abejas, o den alimento a las aves, o a murciélagos,
Algunas de las especies tienen 90 años, pues fueron sembradas por el mismo José María Orozo, cuando fundó este espacio. Entre ellas, prevalecen una ceiba de gran tamaño, tres eucaliptos, pinos y varios tipos de bambús.
Árbol emblemático
Una de las especies más atractivas del Jardín José María Orozco es una ceiba pnetandra de la familia Malvaceae de gran tamaño: alrededor de 39 metros de altura y cuatro metros de diámetro aproximado.
Para Chacón, en relación con otros árboles que ha visto en el Gran área metropolitana, debe ser uno de los de mayor diámetro.
“Es una especie considerada sagrada para muchos grupos, para muchas culturas; en América los mayas consideraban el árbol de ceiba como el ‘árbol de la vida’, así le llamaban, eran la transición entre el inramundo y el cielo, pero también es un árbol especial en muchas culturas africanas, incluso hay países de África que tienen la ceiba como árbol nacional”, comentó Chacón.
En términos de ecosistemas naturales, Chacón dice que la ceiba ha sido un árbol muy importante, que por su gran tamaño permite que dentro de su copa se desarrolle todo un ecositema de epífitas.
También, ecológicamente es un árbol muy interesante porque por su funcionamiento almacena agua , durante la estación seca, y por ello su tronco es de gran tamaño.
Dado que esta ceiba es un elemento muy atractivo en el Jardín se escogió como símbolo del mismo y por ello el nuevo logo es una flor de ceiba, la cual tiene cinco pétalos.
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