Vínculo remunerado en la UCR busca ajustarse a nuevas condiciones normativas del país
Por: Nidia Burgos Quirós / 0 comentarios / 26 mayo 2023
La relación Universidad-Sociedad es la que se realiza, entre otras acciones de la UCR, a través del vínculo remunerado externo.
El Vínculo remunerado, que realiza la Universidad de Costa Rica (UCR), y que permite la transferencia de conocimiento a la sociedad costarricense, se encuentra en una etapa de revisión de su presupuestación y ejecución, de manera que se puedan utilizar los recursos que genera de una manera más efectiva, ante nuevas normativas nacionales en el campo económico.
Diversos planteamientos externos como la Regla fiscal, que estableció la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (Ley N°9635), disposiciones de la Contraloría General de la República y cambios que se valoran en la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico (Ley N° 7169), son algunas que han afectado el quehacer del vínculo externo en las instituciones de educación superior.
“Es un tema que muy probablemente vamos a estar analizando, dada la importancia que viene a cumplir en este momento de crisis presupuestaria universitaria; tal vez suenan duras estas palabras, pero realmente tenemos una realidad normativa, presupuestaria, que nos está afectando y el papel del Vínculo es importante analizarlo de manera abierta, analítica, como procede en la Universidad de Costa Rica, para entender sus expectativas y su pertinencia en el contexto académico, social y financiero”, consideró Roberto Guillén Pacheco, vicerrector de Administración en el Foro-Conversatorio ‘Perspectivas del Vínculo externo en la Universidad de Costa Rica’, realizado el 3 de mayo pasado.
La vinculación remunerada es una actividad que tiene una finalidad de orden público, según un voto de la Sala Cuarta, mencionado por Guillén, por lo que la venta de bienes o servicios, por parte de las universidades públicas, solo pueden darse en respuesta a una finalidad de este tipo, asignado tanto por la Constitución Política y la Ley N°7169, que procura impulsar el progreso nacional, por medio de las actividades de investigación y transferencia científica y tecnológica.
Transferencia de conocimiento
Según destacó el vicerrector de Administración, en Costa Rica las universidades públicas son la principal fuente de conocimientos humanísticos, científicos y tecnológicos y además de ejercer su función académica fundamental: la docencia, la investigación y la acción social, realizan actividades para generar y transmitir información específica, que los sectores productivos, públicos y privados requieren para su desarrollo, mediante la Vinculación remunerada de la Universidad con el sector externo.
Precisamente, según lo definió el Consejo Nacional de Rectores (CONARE), en el 2004, la Vinculación remunerada es “el conjunto de relaciones entre las instituciones de educación superior, con los sectores público, privado y social, a través de instrumentos legales apropiados para conocer y ofrecer los frutos del quehacer universitario, el vehículo para poner al alcance de la sociedad la prestación de servicios universitarios”.
De este modo, la vinculación remunerada es una de las formas en que las universidades realizan una labor de cooperación con la sociedad costarricense, la cual se suma a la ofrecida por estas instituciones a través de la docencia, la investigación y la acción social.
“Entonces, el Vínculo externo es una de las maneras en que nos relacionamos las universidades con los sectores socioproductivos, pero está inmersa dentro del quehacer universitario”, explicó Guillén.
Es así como surgen flujos de demanda de los conocimientos que proveen las universidades para mejorar las capacidades productivas y competitivas de las organizaciones públicas y privadas, en lo que se ha llamado las relaciones ‘Universidad-Sociedad’.
La universidad pública se ha destacado por el desarrollo de conocimiento científico y tecnológico de gran valor y por otra parte, la sociedad costarricense ha realizado esfuerzos para dirigir el sistema productivo nacional hacia la apertura comercial y la competitividad global y busca consolidar un sistema científico y tecnológico basado en la trilogía ‘Estado-Universidad-Sector productivo’, que permita la inserción del conocimiento como principal factor de producción.
Las demandas de la sociedad hacia ese conocimiento científico y tecnológico son múltiples y provienen del sector socio productivo, así como por empresas del sector público, de organizaciones no gubernamentales o de la sociedad civil radicadas en el país o en el exterior.
También, esos requerimientos provienen las personas trabajadoras y del público en general, las mismas organizaciones académicas, centros de investigación públicos y privados, especialmente del extranjero, pero además proviene de las propias capacidades que tienen las universidades para desarrollar investigación de calidad.
Pero por otra parte, las universidades generan una oferta propia de sus servicios, a la que se le llama ‘anticipación creativa’, la cual responde a las fuerzas internas propias de la Academia. Este tipo de ofertas se da en función de la capacidad instalada de las universidades en cuanto a planta física, equipo, insumos, sistemas de trabajo, talento humano, entre otros.
Asimismo, otras fuentes de interés del sector académico para inducir la oferta son complementar los resultados de la investigación básica y desarrollar nuevas líneas de investigación, realizar desarrollo tecnológico y escalamiento industrial que retroalimente el conocimiento académico, así como los mismos incentivos institucionales y externos para desarrollar la ciencia y la tecnología.
Esta oferta es además motivada por el interés de contar con ingresos adicionales para las unidades académicas, con el fin de mejorar las condiciones materiales en las que lleva a cabo su quehacer académico, para el fomento de la investigación y la transferencia de conocimiento.
La actividad del Vínculo remunerado se enmarca dentro de los parámetros del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, que permite ubicar el ámbito de acción de la actividad de vínculo externo remunerado, como parte del subsistema de intermediación.
Y la Ley N° 7169 en su artículo 93 establece que el Vínculo externo es una actividad ordinaria de las instituciones, mientras que en el 94 se establece la posibilidad no sólo de vender bienes y servicios, sino de hacerlo a través de fundaciones y empresas auxiliares y el 95 da una serie de mecanismos sobre cómo se puede realizar la gestión ágil de los recursos y le brinda a las autoridades universitarias el definir el destino de los mismos.
Precisamente, en estos momentos, se analiza, en la Asamblea Legislativa, donde participa la Universidad de Costa Rica, una propuesta de modificación de dicha Ley para precisar algunos elementos que permitan hacer un uso más efectivo y eficiente del vínculo externo remunerado.
Cuatro décadas
La vinculación externa remunerada nació en la Universidad de Costa Rica hace 40 años, mientras que la FundaciónUCR, que se dedica a esta actividad se fundó hace 35 años.
Desde 1981, ya se valoraba un proyecto en la Vicerrectoría de Investigación, que se conoció como ‘Desarrollo de la Infraestructura y Capacidad Nacional de Planificación en Ciencias y Tecnología’, el cual era financiado por el Fondo de las Naciones Unidas sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo y se ejecutaba por medio del Ministerio de Planificación Nacional (MIDEPLAN) y participaban varias instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICIT), el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), la Caja Costarricense del Seguro Soial (CCSS) y la Universidad Nacional, el Instituto Tecnológico de Costa Rica y la Universidad de Costa Rica.
Y su creación se basó en el subsistema de Intermediación, mencionado anteriormente por Guillén, y a pesar de que se planteaba la posibilidad de generar recursos mediante la prestación de servicios, “no fue en ese momento la idea central del planteamiento, pero la generación de recursos complementarios era una consecuencia natural y deseable”, manifestó Gabriel Macaya Trejos, ex rector, ex vicerrector de Investigación y actual investigador en el Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM).
En esos años, los 80, había nuevos requerimientos sociales y entre ellos la participación explícita de las universidades públicas en el desarrollo nacional, más allá de la docencia, la investigación y la acción social, también en la definición de necesidades del sector productivo y la Universidad debía satisfacer también a ella misma como institución.
“La Universidad se exige a ella misma participar y guiar el desarrollo del país con una acción, además de intelectual, espiritual, moral, cívica y técnica, que pretende una profunda reforma de la sociedad. En este proceso aditivo de responsabilidades no se daba paralelamente un ofrecimiento de nuevos recursos, tanto financieros, como humanos y de infraestructura; se les exigía a las universidades buscar nuevas fuentes de recursos financieros, descubrir nuevas fórmulas mágicas que resolvieran el permanente déficit del financiamiento de la educación superior”, expresó Macaya.
En un principio, la vinculación de la investigación universitaria, con el sector productivo se daba mediante cuatro mecanismos, que eran: la investigación contratada, las asesorías y consultorías, los servicios técnicos repetitivos, y la formación permanente.
En ese proceso de vinculación externa se buscaba que fuera de doble vía donde no solo la Universidad participara en la solución de problemas, sino que también su participación fuera un mecanismo de enriquecimiento académico e institucional.
La venta de servicios surge como un medio complementario de financiamiento, dada la necesidad de que la transferencia de resultados amplíe el marco de actividades tradicionales de investigación, lo cual requiere de un apoyo específico.
Para Macaya, la actividad de la vinculación externa remunerada ha funcionado como un péndulo, donde a veces recibe apoyo y en otras no y por ello era indispensable explicitar una política de vinculación con el sector productivo y también la creación de una estructura para la vinculación que contemplara dos elementos principales: un ente administrativo central que regule el conjunto de actividades y una instancia real de intermediación que debe plantearse fuera de la estructura universitaria, pero ligada y controlada por sus autoridades superiores. Al final la estructura que se decidió utilizar fue la figura de la fundación.
Fundación UCR
La FundaciónUCR nació en 1988 y desde entonces ha particxipado en más de 4.100 proyectos de vínculo remunerado.
La Universidad de Costa Rica realiza Vínculo remunerado a través de dos plataformas: una de ellas es la Fundación UCR y la otra es a través de la Oficina de Administración Financiera (OAF), a la que, además, la Contraloría General de la República le asignó la función de control de toda esta actividad en la Institución.
Específicamente, la Fundación UCR fue creada en agosto de 1988, como una organización privada, sin fines de lucro y de utilidad pública. “Con la misión de gestionar con agilidad, excelencia y transparencia, los procesos administrativos y financieros de los programas, proyectos y actividades de la vinculación remunerada de la Universidad, que generan un impacto en el desarrollo tecnológico, científico y sociocultural del país”, según informó José Alberto Moya Segura, delegado ejecutivo de dicha entidad.
Moya comentó que desde su fundación se han gestionado 4100 proyectos, han participado 124 unidades operativas y se cuenta actualmente con más de 400 personas colaboradoras nombradas en la FundaciónUCR, en los programas, proyectos y actividades y 43 más en la oficina ejecutiva, así como 180 estudiantes en funciones de asistentes.
En cuanto a sus ingresos anuales se reporta que desde 1998 hasta el 2017 se tuvo un crecimiento en los ingresos anuales, hasta alcanzar un máximo de ¢16.000 millones de colones. En los años siguientes se experimentó un decrecimiento, principalmente por efecto de la pandemia por la Covid-19 y también a raíz de un informe de la Contraloría General de la República, que entre sus disposiciones le impidió a la FundaciónUCR, como medida cautelar, abrir proyectos nuevos, a partir de marzo de 2020, situación que se subsanó el 14 de diciembre de 2021, cuando ese mismo órgano informó que daba por cumplidas todas las disposiciones y que levantaba dicha medida.
Es entonces a partir del 2022 que se inicia una recuperación y para el presente año se prevé llegar a ingresos similares a antes del 2019, cuando se obtuvieron ¢14.000 millones de colones.
En tanto, las áreas académicas que generaron el 84% de los ingresos en el 2022 fueron: Salud, Ciencias básicas, Ingeniería y Arquitectura, y Ciencias Sociales.
Un dato que destacó Moya es que un 5% de los ingresos de la FundaciónUCR se trasladan al Fondo de Desarrollo Institucional, lo que en el 2022 significó un monto de ¢1.400 millones y por traslado de planta y equipo, que son todos los activos fijos que deben ser trasladados a la Universidad, un monto de ¢1.286 millones de colones.
Experiencias mixtas
Para Leonardo Castellón Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, a título personal considera que su experiencia con el Vínculo externo está entre lo dulce y lo amargo, pues si bien es una actividad que ha sido muy valiosa para muchas unidades de la Institución, también cree que se necesita un ajuste en los trámites administrativos que se requieren para inscribir proyectos.
Según comentó, en el ámbito constitucional y legal es totalmente posible esa vinculación remunerada externa, lo cual califica como “deseable y necesaria”. Actualmente, la mayor fuente de ingresos de la Institución proviene del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que representó un 90% de los ingresos en el 2020.
En cuanto a las experiencias Castellón considera que en la relación de la Universidad con el sector externo se ha dado la transferencia de conocimiento a organizaciones, que por sus condiciones no tienen acceso a personas expertas de alta calidad y experticia, que desde la Universidad sí pueden recibir.
Existe un prestigio de la Universidad que hace atractivo a las organizaciones públicas y privadas generar proyectos de vínculo, constituyéndose la UCR en un ‘Sello de calidad”, según lo califica Castellón. Y este vínculo remunerado externo ha permitido mejoras en equipos e infraestructura que benefician a la docencia, la investigación y la acción social.
Y en cuanto a la relación Universidad-Sociedad considera que es bidireccional ya que los proyectos de vínculo remunerado generan nuevas áreas de investigación y también le permite a la Universidad tener un conocimiento de la realidad de las organizaciones a las cuales le brinda bienes o servicios.
Sin embargo, Castellón también consideró que actualmente los procedimientos administrativos requieren de una mejora en la definición de aspectos relacionados con la inscripción de nuevos proyectos.
En cuanto a expectativas, considera que se requiere un marco estratégico para la vinculación remunerada externa, el cual cuente con objetivos y metas claras y que sea construido de una manera colaborativa, esto como un medio para potenciar las capacidades de la Universidad, de la mano de los diferentes actores, tanto nacionales, como internacionales.
También esperaría que haya más espacios de reflexión e investigación en torno al tema de la vinculación remunerada, lo cual considera Castellón conduciría a una mejor comprensión de cómo debe planificarse y gestionarse esa transferencia de conocimiento, dados los recursos limitados de la Universidad.
“Es decir, que desde mi expectativa es que conscientemente conversemos del tema, tomemos decisiones y gestionemos esa transferencia de conocimiento, esa vinculación remunerada externa”, expresó Castellón.
Otras expectativa es que se cree una Unidad especializada en el vínculo remunerado externo, para que se convierta en un mecanismo robusto de la mano de la FundaciónUCR, la cual sea altamente especilizada en vinculación con el sector externo, que permita gestionar los flujos de demanda existentes, que esté conectado con el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y que identifique espacios potenciales de crecimiento para la Universidad en temas de transferencia de conocimiento y que determine perfiles de organizaciones e instituciones con potenciales intereses de vinculación con la Universidad.
Universidad-sociedad
Durante el Foro-Conversatorio ‘Perspectivas de la cinculación remunerada en la UCR’, María Viñas Meneses, subdirectora e investigadora del Centro de Investigación en Granos y Semillas (CIGRAS) presentó varios proyectos de vinculación remunerada que se tienen con diferentes grupos de personas productoras.
Al respecto, destacó que en el CIGRAS trabajan con granos y semillas, siendo la semilla de donde provienen la mayoría de los alimentos y los granos, parte importante de la alimentación a nivel mundial.
“Entonces, esto es un tema de seguridad alimentaria y por eso nuestra labor consideramos que es muy relevante”, expresó Viñas.
El CIGRAS cuenta con cinco laboratorios de investigación y tres de ellos realizan vinculación remunerada que son: el Laboratorio de granos, el Laboratorio de semillas y el Laboratorio de Micotoxinas; los otros dos son: Laboratorio de Biotecnología y Laboratorio de Mejoramiento.
Uno de los proyectos que realizan procura un fuerte apoyo al sector productivo en cuanto a la calidad e inocuidad de granos y semillas. Organizan días de campo continuamente, participan en la revisión de reglamentos y políticas a nivel nacional, desde el 2017 así como en la generación de la Política Nacional de Semillas junto con la Oficina Nacional de Semillas.
Uno de los cuatro ejes de su plan estratégico para el 2021-2025 es la ‘Vinculación CIGRAS-Sociedad’, el cual trata de fortalecer actividades de transferencia y acción social, relacionadas con el quehacer del CIGRAS.
Dentro de este marco se cuenta con un proyecto de acción social que alberga todas las actividades que el Centro de Investigación realiza, el cual se titula ‘Granos y semillas de calidad, seguridad alimentaria para la comunidad’
Uno de los proyectos, realizados durante el 2022, fue la capacitación a grupos de pequeños productores, como el caso de la Red Sancarleña de Mujeres Rurales (RESCAMUR), que es un conjunto de mujeres que producen sus propios alimentos y entonces el CIGRAS las visita y les brinda charlas sobre el manejo adecuado de semillas y granos.
También, realizan distintos talleres, por ejemplo, a productores de frijol, en Nicoya, a quienes les exponen sobre la legislación, a nivel nacional, en el tema de semillas y granos y les explican y les proponen opciones para que puedan almacenar adecuadamente sus productos.
Se incluye asimismo a la población infantil con un cuentacuentos que han nombrado ‘La gran misión de las semillas y los granos’ y de forma paralela a los talleres y capacitaciones se presenta, con el fin de que niños y niñas vayan conociendo la importancia de las semillas y los granos, para la seguridad alimentaria.
Otra línea de estratégica dentro de la vinculación CIGRAS-Sociedad trata de fomentar actividades conjuntas con el sector productivo y lo que se busca es fortalecer alianzas y convenios, participar en comisiones externas y promover la divulgación de lo que hace este Centro de investigación.
En el Foro-Conversatorio ‘Perspectivas del vínculo externo en la UCR’ participaron seis personas expositoras, quienes brindaron un panorama de esta actividad desde su nacimiento a la actualidad. (Foto: FundaciónUCR)
Gestión administrativa
Para Marlen Salas Guerrero, directora de la Oficina de Administración Financiera (OAF), otra de las unidades que ejecuta y controla el vínculo remunerado externo, esta actividad ha requerido reinventarse en los últimos tiempos, a raíz de la Regla fiscal, que estableció la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y también por las nuevas disposiciones de la Contraloría General de la República, en cuanto al manejo de esta actividad.
Dicha medida económica establece que a partir del 2023 no se pueden realizar presupuestos extraordinarios con lo que no se ejecutó el año anterior, lo que impone nuevos retos en la ejecución y gestión de la vinculación remunerada y esto es importante si se toma en cuenta que en esta actividad la ejecución promedio ha sido de un 60%.
Ello, impone nuevas medidas para el ajuste del presupuesto, por lo que OAF recomienda a las unidades que realizan vínculo externo que los presupuestos que fueron solicitados y aprobados en el 2023 sean revisados con los asesores de la OAF, con el fin de ajustarlos, así como incluir en el presupuesto ordinario del 2024, las solicitudes de contratación iniciadas en el 2022, pero que no han sido adjudicadas.
Se propone además incluir en el presupuesto ordinario 2024 las necesidades a financiar con recursos del FDI, excedentes y remanentes y también, agendar para ese mismo año el inicio de las actividades de las nuevas aperturas del vínculo externo no remunerado, desde la OAF.
Para finalizar, Guillén manifestó que la Universidad está en una coyuntura compleja porque no se puede generar más vínculo remunerado, a través de los mecanismos ordinarios de la Institución, dados los límites que establece la Regla fiscal, ni siquiera se pueden presupuestar esos recursos y, por otra parte, los niveles de ejecución son del 60%.
“Entonces, eso nos lleva a pensar que tenemos que replantear las cosas, de cómo las estamos haciendo”, manifestó el vicerrector de Administración.
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